Este es quizás uno de los puntos más importantes que hace que fallen muchas personas: no hacer un análisis claro de cuáles son sus puntos fuertes. Es posible que en tu puesto anterior, el contexto de tu empresa hiciese que destacases por encima de todos, por una carencia de tus compañeros en una competencia. Por el mismo motivo, también es posible que, por ejemplo, si trabajabas en una empresa tecnológica, tu nivel tecnológico fuese menor a la media, y sin embargo fuera de ese entorno, tus conocimientos tecnológicos sean muy superiores a la media del mercado. Por lo tanto, es necesario hacer un profundo análisis de tus competencias, y esto lleva cierto tiempo, y sobre todo contacto con diferentes personas y entornos que te sirvan de contraste. Y también cuidado, porque a lo mejor muchas de tus competencias son exclusivas de tu anterior empresa, y difíciles de volver a usar en otros entornos.
Volver a hacer tu DAFO personal pero teniendo en cuenta que ha cambiado la situación puede ser una buena manera de abordar cuáles van a ser tus puntos fuertes ahora y cómo prepararte.
Otro tema importante, es tener claro qué no quieres hacer. No hay nada más frustrante en un proceso de cambio que a las semanas de empezar un trabajo, pienses «¡ Qué estoy haciendo yo aquí !». La ansiedad por el cambio puede llevarte a una situación totalmente negativa
Una vez detectados cuáles son tus puntos fuertes ahora y qué no quieres ser, podrías trabajar en tu CV. Te dejo aquí un ejemplo de un formato de CV visual que he diseñado y compartido con muchos amigos y alumnos.